Joselu celebra el cuarto gol del Real Madrid, marcado en su propia puerta por Savic.
Joselu celebra el cuarto gol del Real Madrid, marcado en su propia puerta por Savic.
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EFE

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Real Madrid remontó y liquidó sobre el final de la prórroga al Atlético

El equipo merengue se impuso 5-3 y disputará el título contra el vencedor de Barcelona y Osasuna.

El liderazgo de Dani Carvajal y un cabezazo de Joselu que acabó en un gol en propia meta de Stefan Savic, a cuatro minutos para la conclusión de la prórroga, llevaron a la final de la Supercopa de España al Real Madrid, que derrotó al Atlético de Madrid (5-3) en la primera semifinal del torneo y ya espera rival este domingo en Riad.

Los de Ancelotti se llevaron el primero de los tres derbis que disputarán contra el Atlético en menos de un mes, en un partidazo espectacular, sobrado de ritmo y repleto de alternativas y que se resolvió en la prolongación, al más puro estilo del equipo blanco.

Al contrario que en la final de 2020, el duelo no llegó a los penaltis, pero el desenlace vuelve a ser el mismo. El Atlético no pudo saldar la deuda pendiente con el torneo y el Real Madrid, en cambio, eliminó al único rival que había sido capaz de ganarle esta temporada.

Salió el Real Madrid a apretar arriba, pero se encontró con el mazazo inesperado del gol de Mario Hermoso a los 6 minutos. El central rojiblanco cabeceó solo un saque de esquina botado por Griezmann para hacer el 0-1.

El tanto vino precedido de una internada por la banda izquierda de Lino, que envió un balón envenenado a la escuadra izquierda de Kepa, quien obligó a volar al meta del conjunto blanco y desviarlo a córner.

El portero vasco, que recuperaba la titularidad, evitó el tanto en primera instancia, pero su defensa lo dejó vendido en el posterior saque de esquina y no pudo hacer nada para evitar el tanto de Hermoso.

Buscó el Madrid el empate, pero el Atlético salía muy fácil de la presión y volvía a llegar con peligro a la meta blanca. Por ejemplo, en un conducción de De Paul que acababa con un centro de Marcos Llorente, al que Simeone retrasó al lateral derecho para dar entrada a Saúl en la medular, y que Morata remataba forzado en el segundo palo.

Bellingham y Rodrygo reclamaban el apoyo de la afición saudí, que animaba casi de forma unánime a los blancos en las gradas de Al-Awall Park. Y Rüdiger, con otro cabezazo salvador a balón parado como el del Mallorca, empataba el partido a los viente minutos.

El Atlético acusó el gol, el Madrid olió la sangre y se fue por el segundo. Avisó Rodrygo con un disparo, tras internarse por banda izquierda, que Oblak envió a córner. Y poco después llegó el sorprendente tanto de Mendy.

Carvajal puso un balón raso al corazón del área y el lateral francés, titular de nuevo tras superar su lesión muscular, entraba como si fuera un '9' para prolongar la asistencia de su compañero con un toque sutil con el exterior que pasaba por debajo de las piernas de Giménez y se colaba por el palo derecho de Oblak a la media hora de juego.

Seguía sufriendo el Atlético, pero a veces un equipo puede encontrar alivio si cuenta en sus filas con jugadores como Griezmann. El Principito recibía en el balcón del área, se daba media vuelta, rompía la cintura de Modric y colocaba un disparo seco a la cepa del palo derecho de Kepa para convertirse, ahora sí, en el máximo goleador de todos los tiempos del conjunto rojiblanco con 174 tantos.

Con el 2-2 parecía que moriría la primera parte, pero este derbi de alto voltaje aún tenía reservado otra emoción fuerte ante de llegar al descanso. Una última acción de Rodrygo quien, tras controlar y revolverse dentro del área entre Savic y Giménez, obligaba a Oblak a evitar, en dos tiempos, el tercero.

Ancelotti y Simeone no quisieron tocar nada en el entretiempo. El partido estaba de dulce para ambos equipos y había que prolongar esa sensación el mayor tiempo posible. Hasta Alberola Rojas contribuía al espectáculo dejando jugar todo lo que le permitía la interpretación del reglamento -no amonestó a ningún jugador en todo el partido- para que el choque no perdiera ritmo.

Un error de Carvajal en la salida del balón pudo haber puesto al Atlético por delante en el arranque del segundo tiempo, pero Lino cruzó demasiado el disparo tras recibir de Morata.

Replicaba el Real Madrid, a falta de veinte para el final, en un saque de falta que Vinicius sacaba rápido para Carvajal, que con una durísima volea obligaba a Oblak a salvar a su equipo con una gran parada.

Los blancos parecían más enteros en el último tramo de partido pero, en el enésimo giro de guión del choque, Kepa salía a atajar un centro rojiblanco que tenía como destinatario a Morata y, tras chocar con el delantero, se le escapaba el balón, que acaba con un autogol de Rüdiger en el 78, para hacer subir el 2-3.

Pero la alegría le duró al Atlético siete minutos, lo que tardó Vinicius en recibir al espacio y poner a prueba a Oblak, que no atrapaba el balón. El rechace llegaba a Bellingham, cuyo disparo rechazaba Hermoso y, en el segundo rechace, Carvajal no perdonaba y remachaba al fondo de la red.

En el tiempo añadido, el recién ingresado Brahim pudo sentenciar la final en una gran jugada personal dentro del área, pero cruzaba demasiado su disparo y el partido se iba a la prórroga.

Con Memphis fuera de la convocatoria por unas molestias musculares de última hora, Simeone apostaba por Correa para jugar la prolongación y sentaba a Morata, pero su equipo ya no tenía la pelota.

A estas alturas del choque, los jugadores de ambos conjuntos estaban demasiado fundidos para poder mantener el nivel treinta minutos más -Coke y Valverde, lesionados, no pudieron seguir-, pero era el Madrid el que dominaba y metía a su rival atrás.

Y como casi siempre que pasa eso, el desenlace suele ser fatal para su adversario, sobre todo cuando el partido se acerca a su epílogo.

Esta vez el héroe fue Joselu, ingresado en la prórroga sustituyendo a Rodrygo, quien cuatro minutos antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario cabeceó a gol, con la ayuda de Savic, el cuarto tanto blanco de la noche.

Griezmann pudo empatar de nuevo en la jugada siguiente, pero su zurdazo se marcha rozando el palo. Y ya con el Atlético totalmente volcado, llegaría en el añadido el quinto de Brahim, que aprovechó que Oblak había subido a rematar para apuntillar al Atlético a portería vacía desde lejos.

EFE

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